Trucos ideales para disfrutar de comidas fuera de casa
Consejos para disfrutar de comer fuera de casa sin excesos ni remordimientos
A la hora de salir a comer fuera de casa, los españoles somos los europeos que más lo hacemos, lo que implica ciertos desafíos para mantener una alimentación saludable. En este sentido, ofrecemos algunos trucos para disfrutar sin caer en excesos y sin dejar de cuidar nuestra salud.
1. Adaptar el menú a nuestras preferencias
Comer fuera de casa no significa perder el control sobre lo que comemos. La mayoría de los restaurantes están dispuestos a realizar modificaciones en los platos para adaptarlos a nuestras preferencias. Podemos pedir que nos sirvan el plato sin gratinar, que la ensalada venga sin aliñar, que el filete sea a la plancha, o que nos cambien las patatas fritas por una ensalada. No tengamos miedo de hacer preguntas y pedir ajustes para disfrutar de una comida saludable.
2. Planificar antes de salir
Antes de salir a comer fuera, es importante pensar en dónde iremos y qué tipo de comida se ofrece en el lugar. Consultar la carta por internet nos ayudará a tener una idea de las opciones disponibles y tomar decisiones más informadas. También es recomendable elegir dónde sentarse estratégicamente, en un lugar que nos dé acceso fácil a los platos más saludables y nos aleje de las tentaciones.
3. Conocer opciones saludables de comida internacional
Cuando se trata de disfrutar de la comida internacional, es útil conocer las opciones más saludables de cada tipo de cocina. Por ejemplo, en lugar de optar por fajitas con carne de res y crema agria en un restaurante mexicano, podemos elegir fajitas de pollo sin crema. En un restaurante chino, es preferible pedir arroz integral y verduras al vapor en lugar de platos fritos. En general, es recomendable elegir opciones con base de caldo en lugar de leche de coco en platos de curry, y preferir salsas de tomate en platos italianos.
4. Compensar con ejercicio y comidas saludables
Comer fuera de casa no significa renunciar al placer culinario ni pasar todo el día con hambre. La clave está en compensar a lo largo del día con comidas saludables y realizar alguna sesión de ejercicio. De esta manera, podremos disfrutar de la comida que deseamos sin sentirnos culpables, y mantener un equilibrio en nuestra alimentación.
5. Practicar respiraciones abdominales
Realizar algunas respiraciones abdominales antes de comenzar la comida puede ayudar a reducir la ansiedad y el deseo de comer en exceso. Además, nos ayuda a concentrarnos en el momento presente y disfrutar de la experiencia de comer con tranquilidad y sin distracciones.
6. Distribuir las comidas a lo largo del día
Realizar cinco comidas al día, incluyendo snacks saludables, nos ayuda a mantener un aporte nutricional adecuado y controlar la ansiedad por la comida. Si ya hemos tomado algo de fruta a media mañana o hemos merendado yogurt antes de una cena, llegaremos más saciados y lograremos comer con más tranquilidad cuando salgamos a comer fuera de casa.
7. Controlar el tamaño de las raciones
Es importante tener en cuenta que las porciones en muchos restaurantes suelen ser mucho más grandes que las que necesitamos. Si es posible, es preferible pedir medias raciones o platos para compartir. También podemos servirnos una cantidad adecuada en el plato antes de empezar a comer, lo cual nos ayudará a tener una mejor idea de cuánto estamos consumiendo y evitar repetir o picotear de más. Evitemos comer o picar de platos ajenos y prescindir de las acompañamientos calóricos innecesarios, como salsas, aceitunas o pan.
8. Comer con conciencia plena (mindful eating)
Es fundamental comer con conciencia plena, prestando atención a las sensaciones de hambre y saciedad, masticando despacio y disfrutando de los sabores. Podemos dejar los cubiertos sobre la mesa entre bocado y bocado, mirar a los ojos de nuestros compañeros de mesa y conversar con ellos. Es importante evitar buscar consuelo en la comida y centrarnos en disfrutar de la compañía y el ambiente. Al comer despacio, permitimos que la sensación de saciedad llegue a nuestro cerebro, lo cual nos ayudará a saber cuándo hemos comido lo suficiente.
En resumen, comer fuera de casa no tiene por qué ser sinónimo de excesos ni de descuidar nuestra salud. Siguiendo estos consejos, podremos disfrutar de la experiencia gastronómica sin remordimientos y mantener un equilibrio en nuestra alimentación.