Síntomas y causas de la enfermedad arterial periférica
La circulación comprometida: una mirada a la enfermedad arterial periférica
La enfermedad arterial periférica es un trastorno circulatorio que plantea serios desafíos para quienes lo padecen. Se caracteriza por la reducción del flujo sanguíneo hacia las extremidades, producto de la arterioesclerosis, una condición en la que la placa compuesta por grasa y colesterol se acumula en las paredes arteriales.
Conociendo la enfermedad arterial periférica
La enfermedad arterial periférica es una afección que se desarrolla fuera del corazón y el cerebro. Sus efectos se sienten en las arterias que transportan sangre oxigenada al cuerpo, causando su reducción o bloqueo debido a la aterosclerosis. Esto afecta a las arterias de las piernas y puede extenderse a otras áreas del cuerpo, como la cabeza, los brazos, los riñones y el tracto gastrointestinal.
Entender los tipos de enfermedad arterial periférica
La enfermedad arterial periférica se clasifica en diferentes grados de acuerdo a su severidad, según los estudios de La Fontaine:
Grado I: Asintomático
Los pacientes no experimentan dolor ni molestias significativas.
Grado II a: Claudicación intermitente leve
Los pacientes sienten dolor al caminar más de 100 metros.
Grado II b: Claudicación intermitente moderada
Los pacientes sienten dolor al caminar menos de 100 metros.
Grado III: Dolor en reposo
Los pacientes experimentan dolor incluso en estado de reposo.
Grado IV: Úlceras o gangrena
Los pacientes presentan úlceras o gangrena en las extremidades afectadas.
Factores de riesgo de la enfermedad arterial periférica
Existen diversos factores de riesgo asociados a esta enfermedad, algunos pueden ser modificados y otros no:
Factores de riesgo inmodificables:
- Edad avanzada (mayores de 50 años).
- Antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
- Sexo masculino (mayor incidencia de la enfermedad).
- Diabetes mellitus.
- Post menopausia.
- Antecedentes familiares de niveles elevados de lípidos en la sangre (dislipidemia).
Factores de riesgo modificables:
- Enfermedad de las arterias coronarias.
- Intolerancia a la glucosa.
- Hipertensión.
- Obesidad.
- Sedentarismo.
- Tabaquismo.
Detectando los síntomas de la enfermedad arterial periférica
La enfermedad arterial periférica puede ser asintomática en algunos casos, pero para aquellos que experimentan síntomas, el dolor en una o ambas piernas suele ser el primer indicio. Este dolor, conocido como claudicación intermitente, se presenta durante la actividad física y se alivia con el reposo.
Otros síntomas comunes incluyen la reducción de la temperatura de la piel de las piernas, la debilidad muscular, la dificultad para cicatrizar heridas en los pies y las alteraciones en el color y aspecto de la piel de las extremidades.
Las causas detrás de la enfermedad arterial periférica
La aterosclerosis es la principal causa de la enfermedad arterial periférica. Esta condición ocurre cuando se acumula placa en las paredes arteriales, reduciendo el flujo sanguíneo hacia las extremidades y privando a los tejidos de oxígeno y nutrientes.
Otras causas incluyen traumatismos en brazos o piernas, anomalías musculares o ligamentarias e infecciones. Las personas con enfermedad coronaria también tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad arterial periférica. Además, el consumo de tabaco y la diabetes son factores de riesgo significativos.
Las posibles complicaciones de la enfermedad arterial periférica
La enfermedad arterial periférica puede desencadenar complicaciones graves y potencialmente mortales:
- Dolor intenso en la extremidad afectada.
- Ataque cardíaco.
- Accidente cerebrovascular.
- Amputación.
- Limitación de movimiento.
- Úlceras o heridas.
Cómo prevenir la enfermedad arterial periférica
Es posible prevenir la enfermedad arterial periférica adoptando medidas para controlar los factores de riesgo:
- No fumar ni estar expuesto al humo del tabaco.
- Mantener una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras y baja en grasas y carbohidratos.
- Evitar la obesidad.
- Consumir alcohol de forma moderada.
- Seguir un tratamiento médico para controlar niveles elevados de lípidos en la sangre.
- Realizar ejercicio físico de forma regular.
- Mantener un control adecuado de la diabetes y la hipertensión.
La importancia de cambios inmediatos en la alimentación
Es fundamental destacar que las personas con enfermedad arterial periférica tienen un riesgo significativo de sufrir un infarto, un accidente cerebrovascular o un ataque isquémico transitorio. Para un diagnóstico adecuado, es necesario realizar un examen físico y pruebas de imagen, y seguir un tratamiento que incluya cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en algunos casos, cirugía.