Cuento infantil: ¡Clara y el tesoro del bosque encantado!
Había una vez una pequeña llamada Clara que amaba explorar el bosque tras su casa. Siempre y cuando tenía tiempo libre, se aventuraba entre los árboles y descubría nuevas maravillas.
Un día, mientras que andaba por el bosque, Clara halló una caja de madera cubierta de musgo. Intrigada por su contenido, decidió abrirla. Para su sorpresa, la caja estaba llena de monedas de oro y joyas refulgentes.
Clara se conmovió al meditar que había encontrado un tesoro oculto. No obstante, pronto se percató de que algo extraño sucedía en el bosque. Las hojas se agitaban y los árboles parecían moverse por sí mismos.
Fue entonces en el momento en que un pequeño duende apareció ante Clara y le dijo: «Joven aventurera, ese tesoro pertenece al bosque encantado. Te lo dejamos como una prueba de tu bravura. Mas ahora debes volverlo a su sitio de origen antes que sea demasiado tarde».
Clara, preocupada por el bienestar del bosque, decidió admitir el reto. Así que prosiguió al duende, quien la guió a través del bosque cara un viejo árbol. El duende tocó el leño y una puerta segrega se abrió en su base.
Juntos, Clara y el duende entraron en un precioso jardín lleno de flores y criaturas mágicas. Al final del jardín había un árbol gigante con un cofre dorado en su interior.
El duende explicó a Clara que este cofre era el auténtico tesoro del bosque encantado, y que había sido robado por un conjunto de desalmados duendes que deseaban quedárselo para sí mismos.
Clara, con bravura, decidió recobrar el cofre y llevarlo de vuelta a su sitio de origen. A lo largo del camino, y el duende se hallaron con múltiples obstáculos y retos, mas juntos pudieron superarlos todos.
Por último, llegaron al cofre y lo abrieron. Dentro había un mensaje que decía: «Gracias, Clara, por devolver nuestro tesoro al bosque encantado. Tu coraje y tu corazón puro son un auténtico tesoro para nosotros».
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Clara se sintió muy feliz al saber que había ayudado al bosque encantado. Y desde ese día de ahora en adelante, se transformó en la protectora de las criaturas mágicas y los tesoros que se ocultaban en el bosque tras su casa.